Pero además han preparado su propio túnel invernadero. En primer lugar han intentado dejarlo llanito.
A continuación han clavado los aros que funcionan como soporte del túnel.
Y finalmente lo han tapado con un plástico que han anclado al suelo con la ayuda de unos ganchos y unas piedras que funcionan a modo de tope.
Y así nuestras frutas y verduras estarán al resguardo y podrán crecer en el crudo invierno que se acerca.
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